Al hablar del Feng Shui en el hogar casi siempre nos referimos al salón, comedor o dormitorios, olvidándonos de estancias de la casa de igual importancia como la cocina. En ella preparamos nuestros alimentos y en muchos casos también acogen el momento de las comidas. Dicen que un plato hecho con tranquilidad y dedicación siempre será delicioso, nos llenará de energía y contribuirá a conservar nuestra salud, esto se refleja en una vida ordenada y próspera. Para contribuir a la creación de una cocina, agradable, relajante y acogedora, podemos seguir estas pautas básicas que nos dice el Feng Shui:
La ubicación ideal para una cocina es orientarla hacia el sur, así empezarás por lo básico que es crear un buen ambiente. El motivo es que en el Feng Shui el sur se asocia con el fuego y este es el elemento principal de la cocina.
El orden, la limpieza y una buena ventilación contribuyen aun más a ese ambiente de paz.
Sabemos que los aparatos electrónicos interfieren la tranquilidad, por lo que es mejor que no tengas el teléfono y la televisión en la cocina.
La cocina y el fregadero son el eje de la cocina según el Feng Shui. La cocina representa el dinero y la opinión que tiene la sociedad acerca de nosotros. Mantenla siempre muy limpia, procura que las hornillas y el horno se enciendan con facilidad. No almacenes sartenes y ollas en el horno, ni dejes cafeteras o teteras sobre las hornillas.
Separa la cocina del fregadero, tenerlos juntos puede representar problemas económicos, si no puedes evitarlo coloca una planta o una tabla de madera, como “cura”.
Las plantas son elementos muy apropiados como decoración en las cocinas según el Feng Shui, contribuyen a potenciar el ambiente fresco y natural que debe tener este espacio de tu hogar.
La mejor iluminación es la natural. Pero cuando llegue la noche la luz artificial debe ser intensa, llenando todo el ambiente.
Si tu cocina no tiene suficiente luz natural, soluciona este inconveniente colocando en las esquinas cuencos de porcelana con sal gorda, para absorber la humedad y potenciar el movimiento de la energía.
Elige el color de las paredes de acuerdo a lo que quieras fomentar en tu familia. El beige es tranquilidad, los tonos tierra representan la calidez, pero pueden provocar ansiedad por la comida, el verde contribuye al crecimiento económico y el azul es ideal para las familias con niños, ya que fomenta la comunicación.
